- Las cutículas

El truco para no tener que cortar las cutículas es mantenerlas hidratadas. Para ello lo ideal es utilizar un  aceite específico para su cuidado. No obstante, si la cutícula ocupa parte de la uña natural es necesario cortar para un acabado óptimo en el esmaltado. Si no es así, con empujar la cutícula hacia atrás y utilizar productos específicos para esta zona se podrá notar una buena mejoría.

- Los colores que nunca pasan de moda

Los colores porcelanas, los nude e, incluso, el rojo, siempre son fondo de armario, y quedan bien en cualquier ocasión.

- Mantener el esmalte en tus uñas en perfecto estado

Es importante que las uñas siempre estén bien hidratadas. Si se descaman, puede saltar el esmalte con más facilidad. Por eso se recomienda hidratarlas a diario. Aparte del estado de las uñas, es importante la utilización de esmaltes de calidad y aplicarlos con capas muy finas, dejando secar bien entre capa y capa, y aplicando un brillo o top coat que proteja el color. Para alargar la durabilidad del esmalte en nuestras uñas, hay que aplicar las capas muy finas sellando el borde libre de la uña (el canto, una zona que olvidamos esmaltar), respetando el tiempo de secado entre cada una de ellas. Ese tiempo va a ir en función del tipo de esmalte que se utilice y del grosor de cada capa. Pero como norma general, si se aplican las capas muy finas, con un par de minutos (o tres) suele ser suficiente. No obstante, cuando visualmente la última capa ya no brilla, es señal de que se puede aplicar la siguiente capa.

- Cuida tu frasco de esmalte

Para que el esmalte te dure más tiempo en buen estado es importante que se limpie bien el bocal del frasco tras su uso, que se cierre correctamente y que se conserve en un lugar que no esté expuesto a cambios de temperatura bruscos. Nunca hay que exponerlo al sol ni al calor extremo.